NO SÉ QUIÉN ERES.

Texto del “Blog de Mateo”, de la serie “MIR” con el que pretendemos que reflexionéis y nos contéis qué os parece, que consigáis cambiaios de lugar y poneros en la piel de la gente con la que trabajáis o vais a trabajar, y no en la piel del Educador que va a descubrirle un “mundo nuevo”. Esperamos que os guste o que al menos resulte "interesante":

A veces estaría bien poder cambiar de piel, como los reptiles, o por lo menos hacer que algunas cosas sean de otro color.

Poder cambiar cosas de nuestra vida, o mejor aún, poder cambiar cosas de la vida de los demás.

Aunque bien mirado somos un poco camaleones, cambiamos la identidad de alguien para que se ajuste a lo que queremos. O dejamos que nos la cambien a nosotros por evitar problemas.

Los camaleones no llegan a tanto: cambian de color, pero no dejan que se derrumbe por completo su identidad.

Somos capaces de lo peor, de hacernos daño, de destruirnos por completo, de destruir por errores pasados lo que mas nos interesa, de dejarnos atrapar por el orgullo o por la autocompasión…


¿Dónde debe darse el cambio: en las personas con las que vamos a trabajar o en nuestro modo de entender la educación? ¿Por qué nos empeñamos en creer que todo el mundo ha de adaptarse a lo que la sociedad entiende como normalidad? ¿Por qué aceptamos sin más lo que se nos cuenta? ¿Por qué no rebelarnos y decir hasta dónde queremos llegar?
1 Response
  1. Dí.verso Says:

    Bueno pienso que la idea es cambiar la sociedad al tiempo que cambiamos nosotros.

    Es un dilema clásico, la sociedad no puede cambiar sin que cambien las personas y estas a su vez no pueden cambiar si al mismo tiempo no cambian sus relaciones.

    Hay que tener claro que la sociedad no es uniforme, ni que los valores predominantes son absolutos. Existe siempre una confrontación dialéctica entre las diferentes fracciones socioculturales que es dinamizadora de cambios, para bien y para mal.

    Educar debe estar claro que es procurar ayuda para que las personas se autodeterminen, otra cosa sería amaestrar o domésticar.
    Ánimos y gracias por la reflexión.
    Clem