MUJERES: INVISIBILIDADES Y VISIBILIDADES EMERGENTES.

Siempre es bueno (muchas veces, lo mejor) escuchar historias de vida, anécdotas, casos prácticos y todas esas cosas que siempre reclamamos para abrir más la mente y ver aplicada nuestra teoría en la práctica del día a día.

Pero algo estaríamos haciendo mal si rechazásemos los artículos que ya estaban escritos antes de entrar nosotros en estos temas. Todas las investigaciones, revistas científicas, publicaciones y reflexiones que debemos leer si queremos que nuestra didáctica llegue a ser la correcta.

Os dejamos por aquí un artículo muy interesante, rescatado de esos valiosos apuntes del curso pasado que todos vamos acumulando en nuestra grande colección de folios, almacenada con el fin de que algún día nos sea útil. Por ejemplo, ahora.

Hablemos de los medios de comunicación, esos que tanto y con tanta razón analizamos y criticamos, para bien o para mal. Pero hagámoslo por partes. Empecemos hoy con el problema que suponen los medios en la imagen que crea acerca de la mujer. Y dejemos para mañana qué problemáticas acarrea cuando de inmigración se trata.

CONSTRUYENDO IMAGINARIOS, IDENTIDADES, COMUNIDADES: EL PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DOLORS COMAS D’ARGEMIR.

Universidad Rovira i Virgili.
Consejo del Audiovisual de Cataluña.


2. MUJERES: INVISIBILIDADES Y VISIBILIDADES EMERGENTES.

2.1. Subrepresentación de las mujeres en los medios de comunicación.
Los estudios sobre la presencia de hombres y mujeres en los medios de comunicación dan unos resultados previsibles, pues el mismo fenómeno se repite de forma reiterada en distintos países: escasa presencia de las mujeres, narrativas y textos que refuerzan el papel tradicional de las mujeres y práctica ausencia de modelos alternativos. (...)

La presencia de las mujeres está muy por debajo de su presencia real en la sociedad, aunque ligeramente en ascenso, pues en 1995 era de un 17% y en el 2005 alcanza el 22%. Y esta presencia de las mujeres se halla en noticias “blandas”, vinculadas a temas de sociedad, entretenimiento o moda, así como a sucesos y violencia de género. Además, las mujeres, son identificadas con mucha frecuencia como esposas, hijas o madres de alguien, incluso si tienen cargos de autoridad. Así, mientras los hombres son percibidos y valorados como individuos autónomos, la valoración de las mujeres no deriva tanto de sí mismas sino de su relación con otros. (...)

En el caso de la televisión, la apariencia física de las mujeres deviene más relevante, como también lo es el uso de imágenes de tipo erótico o seductor. En resumen, en los programas, y más aún en la publicidad, las mujeres aparecen como personas más inmaduras y con menor autoridad que los hombres. También más vinculadas a las responsabilidades domésticas. La publicidad, además, utiliza con frecuencia el cuerpo de las mujeres para erotizar los objetos que se quieren presentar como deseables y poder así ser mejor vendidos.

2.2. Dinámicas sociales y pluralismo: visibilidades emergentes.
(...) Como la tradición feminista ha señalado, la posición secundaria o subordinada que los medios transmiten sobre las mujeres no es aceptada de forma mecánica ni automática y se ve desafiada por las propias luchas y actitudes de las mujeres en sus vidas (Balbo, 2002; Comas d’Argemir,
1995, 2006; del Valle, 2002). (...) Los medios de comunicación reflejan, aunque sea imperfectamente, los cambios acontecidos en la vida de las mujeres. Podemos valorar incluso que estos cambios han sido considerables si atendemos a la tardía incorporación de las mujeres como profesionales en los medios y al predominio de los valores patriarcales hasta hace bien poco
tiempo. La primera presentadora de televisión de la historia fueBarbara Mondell, en la ITV de Gran Bretaña, a partir de 1955 y explicaba las noticias desde una cocina, rodeada de platos y cachivaches, que era el entorno que se consideraba adecuado para que
ella lo hiciera. Esto hoy es inimaginable. Mujeres seguras de sí mismas sentadas al volante de un coche, por ejemplo, eran imágenes inéditas en los medios hace tan sólo treinta años, incluso en laspelículas. (...)

La imagen de Carme Chacón, embarazada de siete meses, pasando revista a las tropas el día en que tomó posesión como Ministra de Defensa, es sin duda impactante y lo es, justamente por su rareza, porque transmite lo que no hay, igualdad real entre mujeres y hombres, y expresa al mismo tiempo una voluntad política de conseguirla. Pero al ser una situación tan excepcional, hace que buena parte de mujeres sientan que es algo inalcanzable para ellas, no sólo por las
características del cargo, sino sobre todo porque ellas no pueden contar con las mismas facilidades que la ministra para afrontar la maternidad y seguir trabajando normalmente.

2.3. Claroscuros: contribuciones y excesos en los medios.
(...) Y no hay que minimizar la fuerza de la publicidad, porque de ella dependen los negocios asociados a la comunicación, y porque también influye en la construcción de los imaginarios sobre las mujeres.

La publicidad utiliza ampliamente como reclamo el cuerpo sexuado de las mujeres. Éste es uno de los motivos por los que muchas mujeres consideran los medios de comunicación como enemigos. El fondo de la cuestión se halla en que tales imágenes oponen dos presentaciones de la sexualidad: la erotización del entorno y la desexualizacion de quien paradójicamente se presenta como objeto sexual. Porque en la mayor parte de ocasiones las imágenes de mujeres cargadas de sexualidad (menos a menudo de hombres) se transfieren del individuo a la representación de los objetos: se erotizan los objetos, que es lo que se busca para convertirlos en atractivos. Como indica Alain Touraine (2007: 117) lo escandaloso para las mujeres no es un cuerpo cargado de sexualidad, sino a la inversa; lo que perturba e irrita es la visión de un cuerpo privado de sexualidad, convertido en mercancía, erradicado de toda relación humana. Es algo que se vive como destructor, ya que afecta a la propia identidad, fuertemente definida desde la sexualidad, y reproduce las bases sobre las que se ha ejercido la dominación masculina. La publicidad, además, también transmite un modelo deseable de mujer asociado a la juventud y a determinados cánones de belleza que frecuentemente son inalcanzables (la extrema delgadez, por ejemplo) pero que se configuran como patrones de éxito y se incorporan a ciertos modelos de mujer que la publicidad utiliza, incluyendo las imágenes de mujeres emancipadas que aparecen reuniendo todos los requisitos de eficacia, belleza, juventud y capacidad de organización (Castells y Subirats, 2007). La publicidad proyecta, en definitiva, una imagen sobre las mujeres que responde a la perspectiva de los hombres. Posiblemente no de todos los hombres,pero sí de la visión hegemónica masculina.

(...) El caso de la violencia contra las mujeres, por ejemplo, que en pocos años ha pasado de ser un problema escondido de las relaciones de pareja y propio de la vida privada a considerarse un problema social, que ha generado una ley específica, la Ley integral contra la violencia de género, medidas judiciales y políticas públicas. Los medios de comunicación han contribuido a generar la enorme sensibilidad que hoy existe sobre esta cuestión en España, que está muy por encima de la existente en otros países de su entorno. Pero esto ha tenido como consecuencia el incremento en los medios del número de las mujeres presentadas como víctimas, que ha pasado de un 11,6% en el año 2000-01 a un 23% en el 2005 (López, 2005). Más de 11 puntos de diferencia en sólo cuatro años y un porcentaje muy elevado (una de cuatro mujeres que aparecen en los informativos lo hacen en calidad de víctimas) ¿Cuál es aquí el inconveniente?. Pues que la sobrerrepresentación de un problema que es real tiende a banalizar tal problema, y también a construir una imagen victimizadora de las mujeres, centrada en la relación dicotómica y simplificadora entre víctima y verdugo y que obvia la multiplicidad y complejidad de factores por los que se ejerce la violencia contra las mujeres. Asimismo resta o minimiza otro tipo de informaciones que aportan conocimiento sobre la situación de las mujeres en la sociedad actual, sobre sus experiencias y sobre las nuevas realidades emergentes.

Haciendo un balance de las representaciones sobre las mujeres que predominan en los medios de comunicación (al menos en los espacios informativos) constatamos, pues, (...) que el resultado es una política de representaciones que reafirma el estereotipo de la mujer frívola o con poco criterio por un lado y de la mujer víctima y vulnerable por otro. Y ahí están los claroscuros, las contribuciones y los excesos de los medios de comunicación; sus efectos positivos y sus efectos perversos. Y de ahí la responsabilidad de los profesionales de los medios y la necesidad de reflexionar y actuar sobre la política de representación de las mujeres.

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Mañana: CONSTRUYENDO A LOS “OTROS” ENTRE NOSOTROS.