DECÁLOGO PARA FORMAR UN DELINCUENTE.


El cuatrimestre pasado, nuestro profesor de Teoría e Instituciones, Ángel Monterrubio, nos mandó como lectura el libro Reflexiones de un juez de menores, de Emilio Calatayud. Al final de este aparece un decálogo que con gran ironía denuncia la actitud pasiva de los adultos frente a las faltas de los menores.

Os recomendamos el libro; su lectura es amena y consigue hacerte reflexionar sobre la situación de la legislación, condena y reinserción de los menores en España.


1: Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2: No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3: Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4: No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5: Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demas.

6: Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7: Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8: Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9: Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10: Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
7 Responses
  1. Anónimo Says:

    Qué básicos sois,¿¿no sabeis hacer propias reflexiones??, que todo el mundo sabe copiar y pegar!!!
    Meterle caña a Pablo y que os escriba cosillas guapas!!


  2. Vaya... la verdad que sí que da qué pensar..


  3. Anónimo Says:

    No hacerle caso al anónimo este que parece un poco enterarillo/a. ¿Quien dice que es más interesante escribir cosas propias que cosas interesantes de otros?
    Ni caso. El básico es él. Para escribir lo que escribe más le valdría pegar copiar y pegar algo bien copiado y bien pegado.


  4. Bueno... libertad de expresión jejeje. Todos somos libres de opinar y se agradecen las críticas pero de momento seguiremos con nuestra dinámica (cosa que, por cierto, ya dejamos claro al empezar con esto).

    Un saludo a todos!


  5. Ánimo compañeros/as siempre hay un crítico/a. Seguir adelante, hacer lo que más os apetezca. A muchos nos gusta que compartais post de otros compañeros. Esto es la blogosfera, no podemos gustar a todos y todas.


  6. Sinceramente, no me gusta el decálogo. Está lleno de prejuicios y una visión de la educación que no comparto en absoluto. Vamos punto por punto.

    1: Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

    Desde este punto de vista, frustrar al niño es adecuado para que no se crea el dueño del mundo. Los sujetos frustrados serán menos capaces de cometer delitos, porque pensarán que hay partes del mundo que no les pertenecen y por ello se abstendrán de explorarlas.
    Yo, formulándolo en positivo, lo sustituiría por "Comience desde la infancia enseñando a su hijo el valor de las cosas y crecerá disfrutando de cada una de las que consigue"


    2: No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

    Este punto implica que hay que imponer desde la infancia las propias creencias por si acaso, cuando el niño se hace mayor, elige creencias impropias. Desde este punto de vista la decisión libre se ve como un handicap. Yo los sustituiría por "preocúpese por la formación ética y espiritual de su hijo desde el principio, mostrándole las diversas alternativas disponibles y dando ejemplo con su propia conducta, pero nunca trate de imponerle por la fuerza sus propias creencias, ya que puede producir el efecto contrario."

    3: Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

    ¿Qué es más gracioso que las palabrotas? ¿ser un delincuente, robar o matar? No se, no me cuadra. En positivo, lo sustituiría por "Cuando diga palabrotas, indague porqué lo hace y enseñele formas alternativas de decir lo mismo. Sin embargo, no olvide que el sentido del humor es esencial en la formacion de un niño."

    4: No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

    Osea, que a los delincuentes nunca les ha regañado nadie... en fin, este decálogo cada vez me gusta menos. El tema es que para que tu hijo no se convierta en delincuente le tienes que regañar. El diálogo y la argumentación no valen, hay que decirle una y otra vez lo mal que lo ha hecho, lo malo que es y lo terrible de su conducta. Muy judeocristiano, si señor.


    5: Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demas.

    Bueno, sobre esto puedo decir que mi pobre madre siempre lo hizo y no me convertí en una delincuente...aunque aquí estoy de acuerdo: mejor enseñarles desde pequeñitos a responsabilizarse de sus cosas. No soy delincuente pero lo pierdo todo y no soy capaz de mantener el orden.

    6: Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

    Este sí que me deja muerta. ¡¡¡Papá, gracias por dejarme leer todo lo que caía en mis manos, porque de esa forma aprendí a ser crítica, a tener gusto por la lectura, a apreciar la literatura, a diferenciar por mí misma entre la basura y las joyas literarias!!! Vamos hombre, que ahora resulta que la censura es necesaria para que los niños y las niñas no se conviertan en delincuentes.

    7: Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

    En una cosa estoy de acuerdo: mejor no discutir delante de los niños. Ellos necesitan la seguridad y estabilidad del hogar y no debe hacérseles partícipes de los problemas de pareja. Sin embargo, la segunda parte me parece tremendista y sesgada. el niño también debe de saber que el amor, desgraciadamente, no es eterno, y es mejor que una pareja se rompa a vivir en un infierno de peleas u discusiones. Pero la familia nunca se rompe: lo que se rompe es la pareja. Los hijos y los padres, las madres y las hijas lo son para siempre.

    8: Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

    Entonces, ¿quiere decir esto que las cárceles están llenas de individuos a los que sus padres siempre les dieron todo el dinero que quisieron y por eso nunca trabajaron...? Esos no están en la cárcel, sino en el barrio de Salamanca.

    9: Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

    Si, lo mejor para que su hijo no se convierta en un delincuente es ponerle un cilicio y hacerle rezar el padrenuestro mil veces al día. Fuera de cachondeos, ¿no os parece que este señor confía demasiado en la frustración como forma de educación?

    10: Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

    Yo tengo una máxima educativa: demuestre a su hijo y a su hija un amor incondicional. Muéstrele que, haga lo que haga y pase lo que pase, siempre tendrá su apoyo. Esto no quiere decir darle siempre la razón, pero sí escucharle cuando tenga un conflicto, concederle la presunción de inocencia y darle recursos para resolverlos. No hay que ser jueces con nuestros hijos, sino padres y madres. Pero claro, este señor es juez.


  7. Txoni3 Says:

    Estoy de acuerdo contigo Luanda, ese señor a dictado sentencias muy buenas y "educativas" para los jovenes pero su discurso esta lleno de lugares comunes, desprecios y burlas gratuitas y a mi sinceramente no me gusta. Esta de moda lo de poner límites a los niños como si no nacieramos ya limitados por un montón de normas y reglas...Los límites para mi siempre serán la libertad del otro y la educación desde el respeto porque enseñan más los ejemplos que las reprimendas. Esto último ya lo decía Voltaire en el siglo XIX .