REPATRIACIONES ILEGALES EN ESPAÑA.

En un modelo de bienestar, el Estado tiene que contar con unos servicios sociales para quien los precise pero realmente, la teoría de favorecer a los más perjudicados no se lleva a la práctica porque se exigen demasiados requisitos para acceder a ello por lo que está claro que el Estado de Bienestar no ha eliminado las desigualdades.

Se ha de suponer que el Estado de Bienestar debe proporcionar ciertos servicios sociales básicos como servicios legales pero hace poco tuvimos la oportunidad de ver un caso desconocido para muchos: Menores (inmigrantes) no acompañados (MENA) que son repatriados a sus países de origen.

El ‘interés superior del menor’ es un mandato legal. Su significado es claro: el bien del niño está por encima de cualquier otra circunstancia. Eso, en la teoría. En la práctica, para la mayoría de menores inmigrantes, su ‘interés superior’ acaba convirtiéndose en una ironía cruel (Periódico Diagonal).

Estos chicos no pueden beneficiarse de los supuestos servicios proporcionados por el Estado de Bienestar puesto que sufren una gran falta de protección legal: no cuentan con abogados ni se analiza su situación familiar; además, los menores desconocen que hay un procedimiento contra ellos (y también los educadores y gente que trabaja en ese entorno).

Las autoridades no tienen en cuenta la declaración de los menores, elemento indispensable para ser repatriados. Cuando se efectúan las repatriaciones, los chicos llegan al aeropuerto de destino y son entregados directamente a la policía de fronteras. A menudo se intenta interrumpir este hecho alegando que no se ha contado con la declaración del afectado pero esos faxes suelen llegar tarde al aeropuerto y el avión ya ha salido cuando es recibido ese recurso.

No se garantiza que estos menores sean entregados a su familia o a un centro de protección ya que una vez en Marruecos, son entregados a la policía sin más, quienes no se ocupan de ellos ya que, ni es su trabajo, ni tienen formación adecuada o competencias para hacerse cargo de ellos, por lo que se rompe así el supuesto Estado de Bienestar del que hablamos ya que si el Estado de Bienestar garantizara todos los servicios, no habría chicos viviendo en la calle.

Es necesario adecuar los servicios públicos básicos al aumento de la población y a la nueva coyuntura pero los problemas económicos que estamos viviendo actualmente impiden que el gasto social se destine a estos menores indefensos.

Actualmente hay más personas que cuidar y menos personas que puedan hacerlo puesto que aumenta la población pero no los servicios para cubrir este aumento.

Es una clara privación a sus derechos la forma en la que la policía efectúa los arrestos de estos chicos ya que generalmente se llevan a cabo mientras duermen, llegando incluso a ser arrestados en la calle o en sus propios institutos. Además, son conducidos hasta el aeropuerto atados, con la boca tapada con esparadrapo y amenazados si gritan, incluso les quitan el móvil para que no puedan avisar a nadie que pare estos trámites.

Estos jóvenes viven angustiados y tienen un miedo constante a ser los próximos en volver a su país de origen. (Chavales que duermen con los zapatos puestos para salir corriendo si entran a buscarlos por la noche).

Las instituciones siguen desentendiéndose y no fomentan facilidades para la obtención de los papeles que estos chicos requieren sino todo lo contrario: se les manda volver a su país a por papeles que allí no pueden conseguir y al cumplir la mayoría de edad son expulsados de lso centros en los que viven hasta ese momento dejándolos sin más en la calle.

Y ese es otro punto a tocar: las instituciones se centran en crear centros para una población específica, marginándola así.

Cuando de efectúa una repatriación, las familias no saben que los chicos regresan a su país de procedencia y algunos llegan incluso después de haber pasado algún día en la cárcel hasta que se formaliza su estado. Por esto, las familias han de organizarse como pueden para ir a recogerlos y en muchas ocasiones se les devuelve a casas donde, además de una extrema pobreza, se sufren las consecuencias de una familia rota donde se dan, por ejemplo, situaciones de maltrato.

Estos jóvenes son marginados en su propio país si son devueltos sin papeles, puesto que son una especie de "fracasados" que no han logrado cumplir su sueño, un sueño común para todos. ¿Crece el racismo y la xenofobia o tratamos de evitar el efecto llamada?

Con estas repatriaciones ilegales, se interrumpen los cuidados que los chicos recien en España. Tenemos un caso, por ejemplo, de un chico que acudía a un taller de mecánica y estaba aprendiendo un oficio cuando alguien decidió, sin contar con él, que lo más conveniente para el joven era regresar a su casa de nuevo.

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